- La alfabetización digital en mayores requiere formación adaptada, diseño inclusivo y acompañamiento.
- Existen programas consolidados: itinerarios UNED Tudela, Emancipatic/Ciberetic y recursos gratuitos.
- Los beneficios abarcan autonomía, salud en línea, conexión social y bienestar emocional.
- La investigación respalda enfoques integrales para reducir la brecha y promover inclusión.

La vida cotidiana se ha mudado en buena parte al mundo online y, si no llegamos a tiempo, corremos el riesgo de dejar atrás a quienes más apoyo merecen: las personas mayores. Cerrar la brecha digital no es solo cuestión de modas tecnológicas, es garantizar acceso a la salud, la banca, la comunicación y los trámites que hoy van por Internet.
En las últimas décadas han surgido programas, cursos y materiales muy potentes para acompañar este aprendizaje, con propuestas que van desde formación presencial y online, talleres prácticos y manuales de lectura fácil, hasta iniciativas de ciberseguridad y acompañamiento en el uso del móvil. Aquí encontrarás, de forma clara y ordenada, todo ese panorama y cómo aprovecharlo.
Qué entendemos por alfabetización digital y por qué importa
Cuando hablamos de alfabetización digital nos referimos a un conjunto de competencias que permiten manejar herramientas tecnológicas con autonomía y seguridad. No es solo encender un teléfono: es buscar información fiable, comunicarse, hacer trámites y reconocer riesgos en línea.
Para la población sénior, estos aprendizajes deben adaptarse a su ritmo y a sus intereses. La Red Somos Digital lo define como la adquisición de habilidades para navegar, comunicarse, crear y participar en la sociedad digital de forma efectiva, algo que en mayores requiere metodologías accesibles, apoyo cercano y ejercicios prácticos alineados con su día a día.
Un reto que no empezó ayer: dimensión del problema
La pandemia puso un espejo delante de todos: sin competencias digitales, actividades tan básicas como pedir una cita médica o hablar con la familia se complican. En España, el uso reciente de Internet alcanza al 80,1% entre 65 y 74 años, pero cae a un 36% en mayores de 75, lo que evidencia una fractura que afecta a derechos y a la vida social.
La exclusión digital es también interseccional: influyen el género, la renta, el nivel educativo y el lugar de residencia. En áreas rurales, el acceso es más limitado; incluso se mencionan brechas de conectividad muy marcadas entre campo y ciudad. Todo ello refuerza la urgencia de estrategias públicas y comunitarias sostenidas.
Beneficios concretos para la vida diaria
Aprender a utilizar dispositivos y servicios online tiene efectos visibles: más autonomía para hacer gestiones, menos dependencia y mayor seguridad al moverse por entornos digitales.
Las videollamadas, los grupos de WhatsApp y las redes sociales ayudan a bajar la sensación de aislamiento. La conexión con familiares y amistades mejora el ánimo y el bienestar, algo especialmente valioso cuando la movilidad es limitada.
El acceso a contenidos culturales, cursos, música o información de salud añade estímulos y variedad a la rutina. Este contacto con nuevas herramientas fomenta un envejecimiento activo, animando a descubrir aficiones y a mantener la mente despierta.
Además, varios estudios señalan impactos positivos en el bienestar emocional cuando se integran tecnologías en centros y residencias, con altos niveles de satisfacción de quienes participan en estos programas.
Barreras que hay que derribar
Para que esto funcione, primero hay que reconocer los obstáculos. Muchos hogares carecen de dispositivos adecuados o buena conexión, sobre todo fuera de los núcleos urbanos. Esta desigualdad de acceso condiciona cualquier proceso formativo.
Otro freno importante es la falta de formación específica. A menudo, los cursos no están pensados para el ritmo de aprendizaje sénior, lo que genera frustración. La adaptación pedagógica (paso a paso, práctica, lenguaje claro) marca la diferencia.
También pesa el componente emocional: el miedo a equivocarse o la creencia de que «esto no es para mí». La motivación y el acompañamiento cercano ayudan a desactivar esas resistencias iniciales.
Por último, muchas webs y apps no son amigables: tipografías pequeñas, procesos largos, pasos confusos… Hace falta un diseño inclusivo que facilite la tarea desde el primer clic.
Cómo acompañar el aprendizaje de forma eficaz
La clave es un enfoque flexible que combine modalidad presencial y online con explicaciones sencillas, ejemplos del día a día y refuerzo al ritmo de cada persona. Las actividades prácticas sobre WhatsApp, videollamadas o gestiones médicas funcionan como puerta de entrada.
Hay que garantizar acceso a equipos actualizados y conexión asequible. El equipamiento y la conectividad son la base: sin ello, el resto de esfuerzos se queda corto.
Todo lo que se pueda simplificar cuenta: botones visibles, instrucciones guiadas, ayuda en tiempo real. Un buen diseño evita errores y da confianza, mucho antes de que aparezca la frustración.
Conviene explicar el para qué de cada herramienta y vincularla con intereses reales: hablar con nietos, ver series, recetas, música, gestiones de salud… La motivación crece cuando el beneficio es inmediato.
Programas, cursos y materiales que ya están funcionando
En Navarra se ha desarrollado un completo itinerario formativo pensado para mayores de 60 años desde la UNED de Tudela, en colaboración con la Cátedra de Calidad «Ciudad de Tudela». Este paquete incluye 20 cursos de dos horas, que pueden hacerse sueltos o como bloque (40 horas), con opción presencial o en línea. El ciclo utiliza una plataforma Moodle con vídeos, materiales de apoyo y un espacio para dudas.
El proyecto está financiado por el Gobierno de Navarra en la convocatoria de cátedras universitarias (2020). La dirección corre a cargo de Luis J. Fernández Rodríguez (UNED Tudela y Cátedra de Calidad), con coordinación de Luis Elía Fonseca (Mantenimiento Tecnológico UNED Tudela y programador en el Centro Tecnológico qInnova).
La programación, impartida de 11:00 a 13:00 h entre comienzos de octubre y finales de noviembre, abarca desde primeros pasos con Internet hasta asistentes de voz y creación de contenidos. Cada sesión cuenta con especialistas del Centro Tecnológico qInnova y del propio centro asociado.
- Puente de acceso a la formación: sesión inicial para aprender a seguir los cursos desde casa y entrar en Moodle. Ponente: Luis Elía Fonseca. Debido a la alta demanda, se programó una segunda tanda al día siguiente en el mismo horario.
- Internet desde cero: navegación básica y correo electrónico. Ponente: Ana Belén Pérez Mayor.
- Primeros pasos con iPhone: configuración y funciones esenciales. Ponente: Luis Elía Fonseca.
- Tu móvil Android al día: ajustes, personalización e instalación de apps. Ponente: Alfredo Melero Gómez.
- WhatsApp sin misterios: mensajería y videollamadas, trucos útiles. Ponente: Mikel Goyeneche Apastegui.
- Videollamadas y reuniones (WhatsApp, FaceTime, Meet, Zoom, Skype, Jitsi…): llamadas, micrófono, cámara, compartir pantalla. Ponente: Luis Elía Fonseca.
- Redes sociales: abrir y gestionar cuentas (Facebook, Instagram). Ponente: Laura Marín Malo.
- GPS en el móvil: moverte con Google Maps, buscar direcciones y lugares de interés. Ponente: Mikel Goyeneche Apastegui.
- Compartir archivos sin complicaciones: fotos, documentos y enlaces con servicios gratuitos. Ponente: Mikel Goyeneche Apastegui.
- Organiza tu agenda con Google Calendar: citas, recordatorios y compartir eventos. Ponente: Alicia Hernández Tabuenca.
- Administración electrónica (bloque I): DNIe, certificados, firmas y trámites en línea. Ponente: Jose Antonio González Ezpeleta.
- Administración electrónica (bloque II): ejemplo práctico con la Carpeta Personal de Salud (consultas, gestiones y localización de recursos). Ponente: Alicia Hernández Tabuenca.
- Apps de salud y bienestar: monitorización y aplicaciones para cuidarse. Ponente: Luis Elía Fonseca.
- Compras y ventas online: seguridad y eficacia en transacciones. Ponente: Jose Antonio González Ezpeleta.
- Pagos con el móvil: métodos sin tarjeta física y recomendaciones de seguridad. Ponente: Mikel Goyeneche Apastegui.
- Vídeo con tu smartphone: grabar, editar y compartir usando apps gratuitas. Ponente: Laura Marín Malo.
- Retoque fotográfico en ordenador: capas, recorte y clonado con referencias de Photoshop. Ponente: Álvaro Prieto Lauroba.
- Dibujo y pintura digital: acuarela, óleo, pastel o aerógrafo con herramientas intuitivas. Ponente: Álvaro Prieto Lauroba.
- Crea tu web de forma sencilla con plataformas como Webnode o Wix: estructura, plantillas y contenidos. Ponente: Ana Belén Pérez Mayor.
- Televisión inteligente y streaming: opciones para disfrutar de YouTube, Netflix y dispositivos smart. Ponente: Alfredo Melero Gómez.
- Asistentes de voz: controla móvil y hogar con la voz para facilitar tareas diarias. Ponente: Luis Elía Fonseca.
La actividad admite asistencia presencial, online en directo o en diferido, y es gratuita. Quienes completen el itinerario obtienen reconocimiento de 2 créditos ECTS y un certificado si superan los cuestionarios breves por módulo en la plataforma. Entre los objetivos: reducir la brecha digital, incrementar la participación de mayores como usuarias TIC y facilitar materiales de autoformación accesibles.
Metodológicamente, se combinan sesiones de 2 horas, materiales en línea y foros tutorizados. Para consultas: Centro Asociado UNED Tudela, c/ Magallón 8, 31500 Tudela (Navarra). Tel. +34 948 821 535 · secretaria.catedra@tudela.uned.es.
Iniciativas y proyectos que marcan la diferencia
Desde Emancipatic se impulsa la inclusión digital del colectivo sénior con formaciones en ciberseguridad accesibles y gratuitas a través del proyecto Ciberetic, financiado con fondos europeos Next Generation y con el apoyo de INCIBE. Talleres y seminarios prácticos crean espacios seguros donde aprender sin miedo al error, en colaboración con administraciones locales.
Digimental, por su parte, trabaja en sensibilizar y ofrecer recursos para una adaptación tecnológica consciente: materiales prácticos, buenas prácticas sociosanitarias y campañas de formación. Sus historias reales demuestran el impacto: una abuela que ya se ve por videollamada con su hija en el extranjero, un usuario que mejora su movilidad con apps de ejercicio y otra persona que gestiona citas médicas y recetas electrónicas desde el móvil con tranquilidad.
Existen recursos gratuitos como Aula Mentor (Ministerio de Educación), la Fundación Cibervoluntarios, Mayores Conectados o la red de bibliotecas y centros municipales, que suelen ofrecer talleres presenciales de informática y primeros pasos con el smartphone.
También hay cambios de calado en servicios esenciales. La campaña «Soy mayor, no idiota», impulsada por Carlos San Juan, logró compromisos del sector bancario para adaptar la atención a mayores y mejorar la accesibilidad. CEOMA destaca la necesidad de que el personal de ventanilla y administración reciba formación específica para acompañar este proceso.
Los datos de la UDP señalan que un 40,56% de los mayores de 65 años no ha usado Internet; en 2017 los no usuarios rondaban el 67,4%, lo que revela mejora, pero queda camino. El progreso continúa cuando formación, diseño inclusivo y conectividad van de la mano.
Un manual de lectura fácil que ayuda de verdad
En la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina), un equipo de egresadas de la Facultad de Ciencias de la Comunicación creó un manual de alfabetización digital para personas mayores, de uso abierto y gratuito en PDF, con actualizaciones previstas. Nació tras talleres en un centro de jubilados de Córdoba y aplica pautas de Lectura Fácil, evitando tecnicismos y priorizando claridad y autonomía.
El contenido crece de menos a más: identificación de iconos y partes del smartphone, uso de Play Store, buscador de Google, correo electrónico y redes como WhatsApp, YouTube y Facebook. Se cuidan la tipografía y los colores para mejorar la accesibilidad visual, integrando imágenes a todo color propias.
Sus autoras (Ivana Aguirre, María Valeria Auil y Stella Mary Brisuela), con dirección de Pablo Natta, enmarcaron el proyecto en acciones de extensión universitaria desde 2019, incluidas las etapas de aislamiento por COVID. El objetivo central: favorecer la autonomía, la comunicación y el ejercicio de derechos, integrando la alfabetización digital como habilidad vital ligada a calidad de vida e inclusión social.
Ideas prácticas que resuelven el día a día
Con un teléfono en la mano se puede hacer mucho: desde llamar por vídeo hasta pagar en el supermercado. Empezar por lo útil multiplica la motivación y evita la frustración. Aquí van tareas ganadoras para el arranque.
Videollamadas con familiares, grupos en WhatsApp e intercambio de fotos. Todo ello con ajustes de privacidad básicos y normas de seguridad (desconfiar de enlaces raros, verificar contactos, no compartir datos sensibles).
Salud en línea: gestionar citas, revisar la Carpeta Personal de Salud, consultar farmacias de guardia y ubicaciones de centros. Tener la app del servicio autonómico facilita trámites y evita desplazamientos innecesarios.
Banca y pagos: usar la aplicación del banco y el pago móvil. Ajustar límites, activar notificaciones y reforzar la seguridad con biometría ayuda a operar con confianza.
Navegación y búsquedas: con Google Maps es fácil no perderse y encontrar comercios, mientras que el navegador permite acceder a información fiable, cursos abiertos y ocio (museos virtuales, música, lectura).
Organización y creatividad: con Google Calendar se gestionan citas y recordatorios; la cámara del móvil permite grabar y editar vídeos o mejorar fotos con herramientas sencillas. Si apetece, incluso se puede dar el salto a crear una web básica con plantillas intuitivas.
Qué dice la investigación y las políticas públicas
Distintos trabajos académicos y de organismos internacionales refuerzan este enfoque integral: desde propuestas de e-inclusión diseñadas para mayores (como las de Abad Alcalá) hasta estudios sobre bienestar y formación digital en la vejez (Slegers, Shapira, Charness, Czaja, entre otros). La UNESCO y la OCDE han señalado la necesidad de sociedades alfabetizadas en información y de estrategias para entender y reducir la brecha digital.
Recientemente, destaca el trabajo de Vizconde Veraszto, Ferreira Amaral y Medina Rivilla (2025) sobre competencias digitales para la inclusión de personas mayores, que analiza políticas, desafíos e innovaciones para disminuir desigualdades. En conjunto, esta literatura subraya que la formación continua, el apoyo comunitario y el diseño centrado en las personas son claves para avanzar.
También hay experiencias corporativas útiles: programas de voluntariado como Renacer digital (Telefónica) orientados a enseñar el uso del smartphone y habilidades digitales básicas. En su momento, ya se observó un notable aumento del uso de Internet y tablets entre mayores, un impulso que conviene sostener con medidas inclusivas y servicios accesibles.
No hace falta ser nativo digital para encontrarle el punto a la tecnología. Con apoyos adecuados, materiales claros y ejemplos de interés, aprender es posible a cualquier edad. Desde Navarra hasta Córdoba, pasando por redes de voluntariado y bibliotecas, hay una constelación de iniciativas listas para acompañar a quien dé el primer paso.

