Cómo hacer un resumen: guía completa con pasos, tipos y ejemplos

Última actualización: 14 septiembre 2025
  • Un buen resumen condensa ideas clave con claridad, objetividad y voz activa.
  • Elige el tipo (estudio, abstract, ejecutivo) según el objetivo y audiencia.
  • Proceso eficaz: leer, subrayar, extraer, estructurar, redactar y revisar al 25%.
  • Estilo académico: tercera persona, presente, sin copias literales y con citas.

Guía para hacer un resumen

Hacer un buen resumen no es solo acortar; es destilar lo esencial de un texto y reorganizarlo con claridad para entender, estudiar o comunicar mejor. Con una técnica adecuada podrás separar lo importante de lo accesorio, escribir con tus propias palabras y dejar un material útil que te ahorrará tiempo después.

En las siguientes líneas encontrarás una guía completa con definiciones, tipos, pasos, estructura, consejos de estilo, ejemplos de distintas disciplinas y trucos rápidos (incluido cómo empezar y cómo ajustarte a 100 o 150-200 palabras). Todo adaptado al español de España y con un enfoque práctico para que lo apliques hoy mismo.

¿Qué es un resumen y para qué sirve?

Qué es un resumen

Un resumen es un texto breve que condensa las ideas clave de un contenido más extenso (libro, artículo, informe, discurso, etc.). Debe poder leerse y comprenderse sin ir al original, porque recoge los conceptos centrales y deja fuera adornos, repeticiones o datos menores.

Según la Real Academia, es una exposición breve con los componentes principales de un asunto. En la práctica académica se recomienda que no supere alrededor del 25% de la longitud del texto fuente, un buen criterio para no pasarte de rosca ni quedarte corto.

Se redacta en tercera persona, con lenguaje objetivo y sin opiniones personales. No se copian frases literales del original (salvo fórmulas o nomenclaturas técnicas que no admiten cambios), y se prioriza la voz activa para ganar claridad.

¿Para qué se usa? Para estudiar y repasar, ofrecer una vista previa de un libro o artículo, presentar el núcleo de un documento profesional a quien decide si lo leerá completo, evaluar competencias lectoras o, simplemente, comunicar lo esencial de un tema con rapidez.

Ojo con la confusión resumen vs. síntesis. La síntesis puede incorporar interpretación o información no presente en el original; el resumen, en cambio, se mantiene fiel a lo que dice la fuente, solo que de forma comprimida y ordenada.

Tipos de resumen

No todos los resúmenes cumplen el mismo cometido. Conviene elegir el tipo adecuado para alinear la forma con el objetivo del documento.

  • Resumen de estudio: recoge todas las ideas principales de un texto y sirve para preparar exámenes, monografías, tesis, artículos o presentaciones. Es práctico y va al grano, ideal como técnica de estudio.
  • Resumen documental o abstract: se coloca al inicio de artículos científicos. Puede ser indicativo/descriptivo (breve, solo menciona ideas principales) o informativo (más completo: objetivos, metodología, resultados y conclusiones). Orienta al lector de forma inmediata.
  • Resumen ejecutivo: propio de negocios y finanzas. Presenta de manera rápida los puntos que interesan a inversores o directivos, resaltando datos clave para la toma de decisiones.
  • Resumen bibliográfico: breve descripción de un libro, obra o disertación. Se utiliza con fines divulgativos, en bibliotecas o sistemas de clasificación.
  • Resumen de prensa: compila las noticias más relevantes de un periodo. Habitual en medios y boletines para ofrecer un panorama ágil.
  • Resumen de libros: con fines educativos, laborales o promocionales (sinopsis). Ayuda a identificar temas, estructura y aportes de la obra.
  • Resumen de tesis: da una primera visión a los evaluadores; destaca problemas, objetivos, metodología, hallazgos y aportaciones.
  • Resumen de trabajo (perfil profesional): similar a un extracto del CV; en no más de una página concentra logros, habilidades y experiencia relevante para un puesto.
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Cómo se hace un resumen paso a paso

Para que tu resumen sea útil y consistente, sigue una secuencia de trabajo que evita saltos y omisiones:

  1. Reflexiona sobre el título. Analiza qué tema central plantea y desde qué enfoque, porque esa pista te ayudará a detectar palabras clave y estructura.
  2. Lee el texto original. Haz una lectura pausada para entender bien el contenido. En esta fase buscas captar la arquitectura general y distinguir conceptos principales de detalles.
  3. Subraya con criterio. En la segunda lectura, marca lo esencial. Un código de colores ayuda: por ejemplo, rojo para tema principal, amarillo para palabras clave, verde para definiciones y azul para fechas o datos que debes retener; considera también técnicas como el método Cornell para organizar notas.
  4. Identifica la idea por párrafo. Recorre cada párrafo y anota su idea central en tres o cuatro palabras. Esta extracción te obliga a priorizar lo nuclear y te ahorra divagaciones al escribir.
  5. Estructura la información. Con esas ideas, arma una escaleta: coloca arriba lo más importante y abajo lo secundario. Este esquema te dará orden lógico y progresión.
  6. Redacta el resumen. Escribe con tus palabras, en tercera persona, tiempo presente y voz activa. Evita citas textuales, pasajes en pasado y subordinadas innecesarias; mejor frases claras y directas. No hagas enumeraciones largas: englóbalas en categorías. Puedes apoyarte en aplicaciones para hacer apuntes para redactar y revisar borradores.
  7. Revisa y ajusta la longitud. Comprueba que el texto sea informativo, esté bien organizado y sea original. Si supera el 25% del original, recorta sin perder contenido (reescribe, fusiona ideas, elimina adornos).
  8. Pon título y cita la fuente. Añade un título claro y breve. Según el contexto, indica autoría, editorial o enlace. La trazabilidad es clave en entornos académicos y profesionales.

Durante la redacción, prioriza la coherencia y evita el “corta y pega”. Tu voz debe ser la de un mediador fiel que traslada lo importante con menos palabras y más claridad.

Partes esenciales de un buen resumen

Aunque sea breve, un buen resumen mantiene una estructura reconocible que facilita la lectura:

Título

Que sea corto, preciso y transparente. Lo ideal es que deje claras la temática y la promesa de lectura con el mínimo de palabras. Evita títulos vagos o creatividades que oculten el contenido.

Introducción

Primer párrafo de 4-5 líneas que ubica el tema y anticipa lo que viene. Aquí cabe una definición o el enfoque principal, sin excederse. Debe orientar sin desvelar todo.

Desarrollo

Reparte las ideas principales en párrafos breves (4-6 líneas). Si el texto es largo, usa subtítulos; cada uno no debería abarcar más de 3 o 4 párrafos, para mantener ritmo y claridad.

Conclusión

Último párrafo que articula las ideas fundamentales que se desprenden del conjunto. Es, por así decirlo, un cierre breve y con sentido, sin abrir frentes nuevos.

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Citación de fuentes

Indica las fuentes. En ámbitos académicos se usan estilos como APA (muy habitual en educación y psicología) o Vancouver (áreas de salud). Respeta el estilo pedido en la guía de tu centro o revista.

Cómo empezar un resumen (TFG/TFM y textos académicos)

Antes de escribir el resumen de un trabajo, termina el documento. Parece obvio, pero así te aseguras de conocer todas las secciones y conclusiones, lo cual es clave para seleccionar lo imprescindible.

El resumen de un TFG/TFM debe reflejar en pocas líneas los objetivos, la metodología, los resultados y las conclusiones principales. Usa terminología normalizada de la materia: esa precisión ayuda a que la comunidad identifique el alcance.

En cuanto a la extensión, lo habitual son 150-200 palabras (consulta la guía de tu facultad). Concreta al máximo y elimina lo redundante; cada palabra tiene que trabajar.

Para la primera frase puedes recurrir a una estructura simple: Sujeto + Verbo (en presente, tercera persona) + Complemento directo (sustantivo) + Complemento que aloje la palabra clave (con “en” si es circunstancial o “de” si es núcleo). Ejemplo genérico: “El estudio analiza el impacto de X en Y”.

Estilo: tercera persona, impersonal, presente, voz activa. Nada de superlativos gratuitos, vaguedades o ambigüedades. No copies frases literales, aunque seas el autor: reescribe con concisión y precisión.

Recomendaciones prácticas y errores comunes

  • Orden lógico: organiza de lo general a lo específico. Sin saltos. Evita mezclar resultados con metodología antes de tiempo.
  • Voz activa y presente: “El informe muestra…” es más claro que “Es mostrado por…”. Ganas claridad y reduces palabras.
  • Frases simples: limita las subordinadas. Si puedes dividir una oración larga en dos breves, mejor.
  • Sin enumeraciones extensas: engloba en categorías (“frutas” en vez de “manzanas, piñas, fresas…”).
  • Reescritura eficiente: sustituye relativas innecesarias. Por ejemplo, en vez de “los coches que están averiados”, di “los coches averiados”.

Si necesitas un microformato, intenta la versión de 100 palabras: relee el original, extrae solo 3-5 ideas y exprímelas en oraciones breves, manteniendo coherencia. Útil como recordatorio ultraresumido. También puedes apoyarte en herramientas como ChatGPT para estudiar y obtener borradores de síntesis.

Resumir integrando varias fuentes

Cuando el resumen nace de diversas fuentes, el proceso pide orden extra. Empieza por estudiar cada texto por separado y extraer sus ideas principales y secundarias.

Usa hojas separadas (físicas o digitales) con el nombre de cada fuente y vuelca las ideas por bloques; también puedes organizar las relaciones mediante un mapa conceptual. Luego ordénalas por relevancia y detecta solapamientos o contradicciones.

Redacta un texto continuo que integre esas ideas en párrafos coherentes y conectados. Evita coser frases de autores distintos: reformula y teje una voz única que respete el sentido original.

Cierra con referencias claras si el contexto lo requiere. En trabajos académicos, indica autores, títulos y editoriales o enlaces fiables.

Ejemplos breves por disciplina (estilo abstract descriptivo)

Sociología: dinámica de la migración urbana

El estudio examina de 2000 a 2020 la migración hacia ciudades en economías emergentes, combinando datos demográficos, indicadores económicos y análisis de políticas. Mediante regresiones y SIG identifica como motores las oportunidades laborales, la formación y la vivienda, y propone pautas para una planificación urbana sostenible.

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Ciencia política: confianza electoral en contextos posconflicto

Investigación mixta (encuestas y entrevistas) que evalúa cómo la confianza en la integridad de los procesos electorales incide en la participación. Halla una correlación positiva, con matices según demografía y acceso a la información, y sugiere medidas para robustecer instituciones en zonas posconflicto.

Economía: papel de la moneda digital en el comercio

Análisis econométrico de datos comerciales que estima el efecto de monedas digitales sobre la eficiencia transaccional. Los resultados apuntan a reducción de costes y tiempos y discuten necesidades regulatorias y líneas de investigación futuras.

Psicología: redes sociales y autoestima adolescente

Estudio longitudinal a cinco años que relaciona patrones de uso de redes y autoestima. Identifica usos que favorecen o perjudican la autopercepción y plantea recomendaciones para familias, escuela y salud mental para un uso más sano.

Mini ejercicio aplicado: resumir un anuncio de agenda

Texto base (tipo agenda universitaria): anuncio de un curso sobre epilepsia para estudiantes de educación, con fecha, hora, lugar, ponentes (neurología, enfermería y psicopedagogía), organizado por una facultad en colaboración con una liga especializada, e inscripción mediante enlace.

Posible resumen (dos frases): “La Facultad de Educación organiza un curso sobre epilepsia, manejo de crisis y apoyo al alumnado, con especialistas en neurología, enfermería y psicopedagogía. La sesión tendrá lugar en el auditorio el día indicado y requiere inscripción previa en el enlace”.

Herramientas y conceptos relacionados

Un cuadro sinóptico y un esquema son aliados para ver de un vistazo jerarquías e interrelaciones entre ideas. La sinopsis, por su parte, comparte el afán de síntesis, pero suele tener un tono más divulgativo o editorial.

Si quieres profundizar en técnicas didácticas para enseñar a resumir o clasificar, consulta manuales universitarios y guías académicas. Un recurso útil: guía para elaborar resúmenes que orienta la práctica con ejemplos y criterios de calidad. Formarte con materiales de referencia acelera el aprendizaje.

Checklist final antes de dar por bueno tu resumen

  • ¿Captura las ideas esenciales? Si quitases un párrafo, ¿perderías algo importante? Si no, quizá sobra.
  • ¿Está en presente y voz activa? Reescribe pasivas y pasados salvo necesidad técnica.
  • ¿Hay frases copiadas? Sustitúyelas por paráfrasis fieles y breves.
  • ¿Cumple la extensión objetivo? Ajusta hacia el 25% (o 150-200 palabras si es abstract).
  • ¿Citas y datos son verificables? Añade fuentes y normaliza el estilo bibliográfico.

Referencias y lecturas sugeridas

Calvo Guillén, G. C. (2020). Materiales didácticos para enseñar a resumir y clasificar en bibliotecología. E-Ciencias de la Información, 10(1), 253-278. Enfoque didáctico útil para docentes.

Kaufman, A. M., & Perelman, F. (1999). El resumen en el ámbito escolar. Lectura y vida, 20(4), 6-18. Clásico sobre el papel del resumen en la enseñanza.

Un resumen bien hecho ahorra horas de estudio, mejora la comprensión y te obliga a pensar. Si eliges el tipo adecuado (estudio, abstract, ejecutivo), sigues los pasos (lectura, subrayado, extracción, escaleta, redacción y revisión), cuidas el estilo (tercera persona, presente, voz activa) y respetas la estructura con citas y extensión, tendrás una herramienta potente para aprender, comunicar y decidir mejor.

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